viernes 9 de noviembre de 2007

Los infiltrados

Los infiltrados

Título: Los infiltrados (The departed)
Dirección: Martin Scorsese
Guión: William Monahan, inspirado en la película Infernal affairs (Hong Kong, 2002)
Reparto: Leonardo DiCaprio, Matt Demon, Jack Nicholson
País: EEUU
Año: 2006
Duración: 152 min.


Para Mauricio Comas García, químico.

Solemos referirnos a la mentira cuando se comunica algo que no es verdad, con intención de engañar; también cuando expresamos o manifestamos algo contrario a lo que se somos, sabemos o pensamos. Ambos casos sirven para caracterizar dos maneras de mentir: una adaptativa, propia del mundo natural, y otra exclusiva del ámbito social humano. En este último encontramos diferentes motivaciones para mentir; hay quienes sólo recurren a la mentira cuando es compasiva o cuando proporciona resultados positivos sin producir un engaño importante. También hay los que mienten a menudo, casi por costumbre y sólo en temas banales; o quienes callan verdades necesarias, por timidez o falta de carácter. Los importantes son los mentirosos patológicos, que mienten con una facilidad pasmosa, ya sea por conveniencia o por una absoluta y cínica falta de respeto a la verdad; y quienes mienten a conciencia, generando daño a los demás o persiguiendo beneficios personales.

En la más reciente película de Martin Scorsese, Los infiltrados, podemos encontrar un buen ejemplo de esta última categoría de la mentira social, llevada a un límite patético. El Departamento de Policía de Massachussets intenta acabar con la mayor banda de crimen organizado de la ciudad; la estrategia es terminar desde dentro con su poderoso jefe, Frank Costello. A un joven novato, Billy Costigan, se le encarga infiltrarse en la mafia dirigida por Costello;.mientras intenta ganarse la confianza del capo, otro joven policía, Colin Sullivan, sube rápidamente en la jerarquía de la corporación, hasta obtener un buen puesto en la unidad de investigaciones especiales, donde formará parte del grupo de élite que dirige el plan contra Costello. Pero lo que sus superiores no saben es que trabaja para éste y lo mantiene un paso por delante de la policía. Cuando los gángsters y la policía se dan cuenta de que entre ellos hay un topo, tanto Costigan como Sullivan se encuentran en peligro de ser descubiertos, por lo que cada uno deberá apurarse en develar la identidad del otro para salvarse a sí mismo.

En Los infiltrados las mentiras que definen a sus personajes principales encuentran su adecuada vía de exposición argumental con el empleo de montajes simultáneos, información dosificada y algunos saltos temporales. Con un bien graduado suspense, Scorsese transmite al espectador la tensión interna que viven ambos personajes, siempre caminando sobre el fino alambre de la desconfianza en los demás. En el entorno de traiciones y fingimientos, una violencia oscuramente estilizada va adueñándose de la película, cuyo inteligente guión encuentra el respaldo de buenas interpretaciones y una dirección con mucho oficio.

En la naturaleza, la mentira es un fenómeno ampliamente extendido y adopta formas muy heterogéneas entre las diferentes especies que la practican. Esto da cuenta de su enorme valor adaptativo y obliga a su interpretación en términos de diversos procesos evolutivos. Los diferentes tipos de mentira son ejemplo de “analogías” (es decir, rasgos funcionalmente convergentes pero evolutivamente independientes) más que de “homologías” biológicas (esto es, descendientes modificados de un mismo rasgo ancestral). No obstante, parece haber consenso en que la mentira humana es un descendiente modificado del mismo rasgo ancestral del que también desciende la capacidad de engaño presente en otras especies de primates. Es probable que estas capacidades se desarrollasen por su gran valor adaptativo en un escenario evolutivo de creciente socialización.

¿Ejemplos de infiltrados eficaces, Costigans y Sullivans del mundo natural? La etología reporta muchos; a continuación dos de mis favoritos. En las luciérnagas del género Photuris, hembras de algunas especies son depredadoras de luciérnagas de otros géneros. En el cortejo de las luciérnagas, los machos emiten destellos de luz en un patrón característico durante el vuelo, hasta que detectan una emisión equivalente por parte de las hembras de su especie; el macho entonces acomete sobre la hembra y se aparean. Pero las femmes fatales de Photuris son capaces de imitar los patrones de emisión lumínica de las hembras de otras especies, de manera que logran atraer a los machos de dichas especies; la diferencia radica en que estas hembras, en lugar de copular con estos machos, se los comen. El otro ejemplo ―en realidad una forma de parasitismo― es el de las hembras de una especie europea de pájaros cucú que depositan sus huevos en nidos de una segunda especie (por lo general, gorriones o pinzones), huevos que son empollados por la hembra de la especie hospedera; estos huevos se parecen a los de la hospedera y los “mimetizan” funcionalmente (colores, sonidos y marcas en el huevo). El periodo de incubación del cucú es menor al de la especie huésped, por lo que el polluelo cucú emerge del cascarón antes que sus “hermanos”, lo que le confiere una ventaja competitiva en términos de atención paternal; no conforme con lo anterior, el cucú procede a tirar los otros huevos del nido, monopolizando así el cuidado de “sus” progenitores.

La mentira dista de ser, por lo tanto, una habilidad específicamente humana; pero sí parece serlo la ausencia de una motivación práctica subyacente y la evolución paralela de una sofisticada capacidad para su detección.

Publicado en la sección “Mira bien” del No. 104 (julio 2007) de la revista ¿Cómo ves?

José Manuel García Ortega

Dirección General de Actividades Cinematográficas de la Universidad Nacional Autónoma de México ver más>>

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